Un informe del Foro Económico Mundial señala que las brechas de seguridad reconocidas por las empresas casi se han duplicado en cinco años, pasando de 68 por negocio en 2012 a 130 por negocio en 2017. Los pronósticos elevan el coste del cibercrimen en las empresas durante los próximos cinco años en más de 8 billones de dólares.
El informe anual de riesgos mundiales emitido por el Foro Económico Mundial (FEM) publicado esta semana clasifica los ataques de ciberseguridad como la tercera mayor amenaza para la estabilidad mundial en los próximos cinco años, después de los desastres naturales y las condiciones climáticas extremas.
En su informe, el FEM aborda los riesgos de todo tipo, desde el cambio climático hasta las luchas de poder geopolíticas. La ciberseguridad ha estado aumentando constantemente como un factor de riesgo desde hace varios años. Pero el informe del de este año señala que, en un momento en que las sociedades se vuelven más dependientes de las tecnologías digitales para funcionar, ha habido una preocupante escalada de ataques de ciberseguridad. Concretamente, el informe señala que las brechas de seguridad reconocidas por las empresas casi se han duplicado en cinco años, pasando de 68 por negocio en 2012 a 130 por negocio en 2017.
El informe hace referencia a un estudio separado de 2017 realizado a 254 empresas en siete países, que sitúa el coste anual de respuesta a los ciberataques en 11,7 millones de libras por compañía, lo que representa un aumento anual del 27%. En general, el informe del FEM también cita pronósticos que elevan el coste del cibercrimen en las empresas durante los próximos cinco años en más de 8 billones de dólares.
Otras tendencias preocupantes citadas por el informe incluyen la probabilidad de que la ciberguerra involucre a varias naciones, el hecho de que algunos países puedan intentar aislar partes de Internet para protegerse de amenazas percibidas, y la posibilidad de que algoritmos sin gestionar algún día generen suficiente código por su propia cuenta para tener un impacto significativo en el rendimiento de Internet.
El FEM está instando a las organizaciones a cambiar la forma en que evalúan los riesgos en un mundo donde los avances tecnológicos, junto con otros cambios, han multiplicado el impacto potencial de cualquier evento en particular. Por ejemplo, el informe señala que no es demasiado exagerado suponer que el uso de drones combinado con aplicaciones de inteligencia artificial (IA) dará lugar a una pesca comercial más eficiente, lo que a su vez podría agotar las poblaciones de peces hasta el punto en que no se puedan recuperar.
Para cada avance tecnológico siempre ha habido una consecuencia inesperada, y el FEM insta a las organizaciones a sopesar esos riesgos de una manera que les permita, o bien proteger sus intereses mejor, o ejercer alguna influencia para minimizarlos.