Columna Pablo Faundes B. Abogado. Vice-Presidente Tecnovan.
Continuamente nos vemos enfrentados a realizar actulizaciones a nuestros sistemas o bajar aplicciones en nuestros teléfonos móviles que nos facilitarán nuestro día día. Pero, el optar a estos nuevos beneficios conlleva ciertas responsabilidades de las cuales no siempre estamos conscientes. Tenemos dos opciones; la primera es no aceptar y la segunda es aceptar.
Partamos de una base fundamental, dentro del ámbito de la libertad individual: nadie nos obliga ni a bajar la aplicación, ni aceptar. Ese “I Agree”, tiene una serie de condicionantes, que nosotros (me incluyo) aceptamos, tales como: puedan tener acceso a la cámara de nuestros dispositivos, fotos, videos, archivos y los correos electrónicos, entre otros. Con ello, empresas como Facebook o Google, adquieren el principal activo: saber qué hacemos para vender la publicidad focalizada al usuario. Por ej: un viaje a esquiar en algún hotel en el sur de Chile, con los miembros de la familia. Saben la fecha, la cantidad de personas, los lugares que nos interesan y el rango de precio.
Así, esa libertad contractual, que está protegida en nuestra Carta Fundamental y en nuestro Art. 1545 del Código Civil, es la base para el dinamismo de la economía Chilena, que tiene por esencia proteger al particular de un Estado que lo ve como opresor. Los negocios son dinámicos y las libertades individuales un lujo que todos queremos que se nos respeten.
El punto de inflexión es cuando esa libertad individual es vulnerada por un actuar que consideramos ilícito, ajeno a la ley y a las buenas costumbres, incluso la moral. ¿Qué nos pasa si dentro de ese “ I Agree” se filtra una foto privada de algún ser querido afectando su privasidad?. Unánimemente, respaldado por nuestra Corte Suprema, se entiende que es una actitud ilícita y que atenta contra nuestros derechos.
Por ello, en adelante, cuando optemos por el “I Agree”, pensemos que es el ejercicio de nuestra libertad individual, y como tal genera derechos, y también obligaciones como no difundir fotos, imágenes, o archivos, que puedan dañar a un tercero.