En 2016 hubo una serie de eventos que despertaron el interés sobre la seguridad de los así llamados dispositivos inteligentes. Por ejemplo, los poderosísimos ataques DDoS contra la compañía de hosting francesa OVH y el proveedor de DNS estadounidense Dyn. Se sabe que se los lanzó mediante una impresionante botnet conformado por routers, cámaras IP, impresoras y otros dispositivos.
Además, a finales del año pasado el mundo se enteró de la existencia de una gigantesca botnet (de casi 5 millones de dispositivos) conformada por routers. El hackeo de routers también afectó a la enorme empresa de telecomunicaciones alemana Deutsche Telekom, cuyos dispositivos de usuario fueron infectados con Mirai. Pero el ataque no se limitó a los equipos de red: también se encontraron problemas de seguridad en los lavavajillas “inteligentes” Miele y en las cocinas AGA. El “broche de oro” fue el malware Brickerbot que a diferencia de sus “colegas”, no sólo infectaba los dispositivos vulnerables infectados, sino que los dejaba completamente fuera de servicio.